viernes, 16 de junio de 2017

MANTILLAS O PASTILLAS DE COLORES

Llevo dándole vueltas a una canción en mi cabeza, una isa canaria, aquélla donde sopesan el color de la mantilla, la blanca, la azul, la colorada, en la que debe ser la versión con la que mi subconsciente emula las pastillas roja o azul de Matrix; Froid tendría mucho que decir sobre esto, seguro.
En tantas entrevistas a próceres y gente famosa se abusa de la pregunta ¿Quiénes son tus héroes en la vida real? Las respuestas varían, pero casi siempre giran en torno a nombres de grandes hombres o mujeres que han hecho importantes aportaciones a la historia, o futbolistas y acores para los más jóvenes. En esta época de la vida en la que me encuentro, haciéndome viejo, más adulto, más experimentado, más cobarde o llámese como se llame, me inclino por héroes de andar por casa, algún vecino, algún compañero, gente normal. Admiro al amigo que es capaz de romper con todo y cambiar, al que no le tiene miedo a la vida, al que ayuda sabiendo lo que le viene encima, al que puede ser tanto autosuficiente como colaborar en todo lo que se necesite. Desdeño, por otro lado, al que sólo busca su placer, al mal compañero, al que busca, y encuentra, los fallos de los demás antes que los aciertos; desdeño a la mala gente, a la que te absorbe la energía, a los que son como agujeros negros, a los egoístas, a los maltratadores.
Cambiar, he ahí la cuestión, nada de ser o no ser, eso ya está superado. Ser, pero cambiar. Lo malo es que para esto hay que tener demasiada fuerza y a mi parece faltarme aún.

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