lunes, 20 de marzo de 2017

EMPAPADO Y GRANIZADO

Domingo 19 de marzo, "Día del Padre" en España, cielo con nubes y claros, perfecto para bajar en moto a Santa Cruz a comer a casa de mis padres, y más cuando a las 4 de la tarde juega el Tenerife, y ya se imaginan cómo colapsa un partido de fútbol la ciudad.
Bien, me visto de motero y, como hay algo de sol, opto por ponerme unos tenis sin calcetines, unos de esos cómodos, con neopreno en el interior que son el paraíso. Salgo de casa y al llegar a La Laguna, ¡cómo no!, la dichosa Ley de Murphy que se cumple una vez más, empieza a llover. A medida que bajaba hacia la ciudad la lluvia se intensificaba más y más, aumentando el peligro por lo que reduzco la velocidad y bajo el agua incesante, que se tornó granizo durante un tramo, logré llegar a casa de mis padres, aparcar y bajarme de la moto para comprobar a) los tenis estaban llenos de agua, al caminar sentía el chop chop de mis pies, b) la chaqueta de la moto, aunque había calado poco, estaba completamente empapara, c) los vaqueros rezumaban agua como si los sacara de una lavadora sin centrifugado. 
Almuerzo, felicitaciones y bla bla bla. Vuelta a casa, vestido con la misma ropa, los mismos a), b) y c), menos mal que esta vez sin lluvia, para llegar a casa congelado. Hoy, malo como un perro, resfriado de nariz, tos dolorosa y quién sabe si algo más, aún no he entrado en calor. Palabrita.

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