sábado, 27 de abril de 2024

RECOMENCEMOS

Gianni Bella, *De amor ya no se muere.

Continúo escuchando música italiana de las décadas 60-70-80 del siglo XX (la música con la vivimos nuestra juventud, divino tesoro). De amor ya no se muere, me recuerda Gianni Bella. Llego ahora de la farmacia, una que hay a tiro de piedra en moto; siempre en moto, aparcar el coche se hace casi imposible, de ahí que mi Van-Van sea la reina del mambo, como también lo es su versión chicharrera en Santa Cruz o La Laguna. 
Con fondo italiano les cuento que ayer estuve en San Lázaro, muy cerca de mi antigua casa Pin y Pon, viendo una antigua construcción que ha heredado un amigo y que tiene la intención de arreglar como casa de jubilación. Casa con todas las posibilidades del mundo, las vistas son las que disfruté aquellos estupendos tres años con Augusta en la calle Los Gemelos... Qué pena haber perdido este entorno, pensaba ayer por la tarde. Claro que ahora, hace apenas diez minutos, bajaba motorizado, con el viento en la cara, por la recta que une Doctoral con Pozo Izquierdo mientras pensaba: he cambiado el campo de Tenerife por el Mar de Gran Canaria, ¡de qué me quejo! De nada, soy feliz.
Bueno, por pedir, preferiría estar ahora abriendo las últimas cajas que quedan de la mudanza antes que trabajar, pero este proyecto que casi tenemos listo nos hemos comprometido a enviarlo a visar esta semana, y así será.
Los dejo, vuelvo a Italia.

Adriano Papalardo, *Recomencemos.

viernes, 26 de abril de 2024

NOSOTROS TAMPOCO


Pedro Sánchez no puede más, nosotros tampoco
Pedro Almodóvar hace una pausa en el rodaje de su nueva película para reflexionar sobre las reacciones al anuncio del presidente del Gobierno de emplear unos días para tomar una decisión sobre su futuro.
Pedro Almodóvar, 25.04.2024

Vivo encerrado en la película que estoy rodando, la realidad ocurre muy lejos de las localizaciones donde ruedo, mi cerebro no registra ningún dato, por pequeño que sea, que no tenga que ver con el rodaje. Son meses de preparación y semanas de rodaje y empiezo a notar el cansancio. Anoche, cuando llegué después de una interminable sesión de fotos para la promoción me topé de bruces con la carta de Pedro Sánchez en televisión y me eché a llorar. El cansancio me provoca esta hipersensibilidad y me debilita frente a cualquier emoción. Recuerdo en alguna conversación con amigos, no hace mucho, comentar nuestra extrañeza de que nuestro presidente no se hubiera plantado ya y nos hubiera mandado al infierno, por utilizar un eufemismo. Esta carta abierta no es una sorpresa. No existe ser humano que resista lo que el más resistente de nuestros presidentes ha estado sufriendo los últimos años, en una escalada que supera todo lo imaginable. No me extrañó que se rompiera y me provocó tal indefensión que me puse a llorar como un niño.

Pedro Sánchez tiene derecho a irse y abandonarnos a nuestra suerte. No nos lo merecemos, como no nos merecíamos en la alcaldía de Madrid a Manuela Carmena.

Me puse a ver la televisión y me sorprendió la falta de empatía de los representantes de los medios ante un gesto que nos muestra a un hombre brutalmente herido y roto. Era el ser humano el que escribía la carta de no puedo más, dejadme que lo piense unos días para no actuar en caliente. Parece que a Pedro Sánchez no se le reconoce su humanidad, está obligado por su cargo a ser sobrehumano.

No hay palabras que puedan calificar, al menos no se me ocurren, lo que está ocurriendo: un seudosindicato pone una denuncia basada en recortes de periódicos ―muchos de ellos ya se ha demostrado que son falsos― y un juez la admite a trámite. Es tan inaudito (tan peligroso para nuestra democracia) que pone al límite la capacidad de resistir de una persona quemada por años de resistencia. No hay nada más dramático y comprensible que el gesto del presidente. Imagino cómo se sentía (el mismo día en que la denuncia ya había sido tramitada y él ya había tomado la decisión de tomarse unos días) cuando Rufián le preguntó en el Congreso si creía en la justicia, y Sánchez haciendo de tripas corazón tuvo la tristísima elegancia de decir que sí, que seguía creyendo en la justicia.

Actualmente existe una nueva técnica para derribar al adversario político, acosarle mediática y judicialmente hasta quebrarle emocional y judicialmente, que no soporte más presión. Es una estrategia que no tiene ninguna relación con la política, en ningún momento se ponen en valor los resultados de la gestión del presidente. Es una técnica basada en la crueldad y la tortura psicológica personalizada de la víctima, que se complementa con la tergiversación y manipulación, y que cuenta con la connivencia de uno de los poderes del Estado tan importante como el poder judicial.

Como ciudadano y como demócrata que esto ocurra resulta devastador, porque pone en peligro nuestra exigua democracia, ya de por sí mermada e imperfecta. Todo lo que está ocurriendo es gravísimo y nos concierne a todos los ciudadanos y a los partidos políticos que hace tanto tiempo se han olvidado de nosotros.

Nos esperan cuatro días de mucho ruido e incertidumbre, de impaciencia y de escuchar muchos disparates, ya se están empezando a oír. Yo no estaré aquí para cuando el lunes Sánchez nos comunique su decisión. Estaré en Nueva York terminando de rodar mi nueva película, aislado. En esta soledad me pregunto si la izquierda, que espero dolorida, se despertará de su pesadilla y estupor y organizará algún acto de apoyo a nuestro presidente y demostrarle a la otra España que somos muchos, tantos como ellos. Este momento merece un ¡BASTA YA! rotundo, furibundo. Qué es lo próximo que ocurrirá, tanto si dimite Sánchez como si se queda. No quiero ni pensarlo. No puedo. En estos momentos, mi corazón está con el presidente y su familia.

LA AGENDA

 

Váyase usted a paseo
Escuchadme todos los centros de llamadas del universo mundo. No os volveré a atender.
Juan José Millás, 26.ABR.2024
https://elpais.com/opinion/2024-04-26/vayase-usted-a-paseo.html

No volveré a coger ninguna llamada de números de teléfono que no estén en mi agenda. Lo juro. Escúchame, Iberdrola. Naturgy, escúchame. Escúchame también tú, Amnistía Internacional. Escúchame, Repsol. Escúchame, Vodafone, Yoigo, etcétera. Escuchadme todos los centros de llamadas del universo mundo. No os volveré a atender. Venía haciéndolo por si era Dios el que me requería. No tengo a Dios en la agenda de mi móvil, de modo que tampoco podía reconocer su número.

Escúchame, Dios, ya no me marques porque no te descolgaré. Lo siento, lo siento sobre todo por mí, pero no puedo atender 100 timbrazos al día solo por la posibilidad de que uno de ellos sea el tuyo. Has tenido 100.000 oportunidades de localizarme. Basta. Si a San Pablo, camino de Damasco, antes de aparecérsele Dios y preguntarle “Saulo, Saulo, por qué me persigues”, se le hubieran aparecido todas las compañías eléctricas y todas las empresas gasísticas y todas las oenegés del mundo para atraerlo a sus respectivos proyectos económicos, no habría hecho ningún caso a Dios, lo habría confundido con un teleoperador o con una teleoperadora y nos habríamos jugado la propagación del cristianismo.

Pues eso es lo que me ocurre a mí, que ya no distingo a Dios de Movistar. Me da igual que me llamen de aquí o de allá, los unos que los otros, porque no volveré a descolgar a nadie que no haya identificado previamente, aun a riesgo de perderme un milagro, una conversión, de perderme una caída del caballo (que en nuestros días se confunde con la caída del cabello). Y esto es muy grave, amigos, pues significa que hemos perdido la capacidad de distinguir la voz de Dios de la de un vendedor de seguros o la de la Virgen de la de una anunciante de cosméticos. A esto hemos llegado con la obsesión capitalista de reducir la vida cotidiana a un conjunto de operaciones de compra y venta de bienes y servicios. El número al que llama no existe. Váyase usted a paseo.

PERROS

 


HIMMLER(ES)

El país sigue inmerso en la incertidumbre ante lo acontecido respecto a la futura decisión de Pedro Sánchez. "La familia no se toca", primera regla no escrita junto con "la novia de un amigo tampoco". Ante este hecho tan grave -acción- nos encontramos dos escenarios -reacción-: el lógico y el otro. No voy a describir cada reacción, eso que cada uno lo mastique interiormente, pero sí escribiré que anoche, antes de apagar la luz y que mis ojos se apagaran ellos solitos, buceé en Internet para leer todo lo que se decía sobre la mujer de Pedro Sánchez, lo que supuestamente había hecho, escrito, dicho. Me quedé bastante impresionado y triste, sobre todo, al concluir que, según parece, todo son bulos (tú dilo que algo queda, y si no que se lo digan al aparato de propaganda nazi). Las barbaridades que se han dicho sobre esta señora no tienen parangón. Por muy preparados que estén los políticos ante esta basura, ¿no hay límite?
El refrán "hacer leña del árbol caído" se ha quedado corto ya.
La familia no se toca, ¡coño!

UN ANNO D'AMORE

Tuve anoche  una desagradable pesadilla de esas que hace que te despiertes con desasosiego. No la recuerdo bien, más bien nada, pero sí que yo estaba inmerso en el fin del mundo y caminaba solo, sin familia ni amigos. Terrible. Imagino que habría tenido que ver que llegué muy cansado a mi casa después de 16 horas en la calle, entre trabajo, reunión interminable y velatorio final: la madre de una amiga, cáncer, 50 años. Terrible, todo terrible (¡a vivir que son dos días!).
Esta mañana me di una ducha a las 4:30 y ya vuelvo a estar activado, que no activo. Un café sumido en el ambiente intelectual de cada madrugada y ahora terminando una primera ocupación escuchando la preciosa música de Mina.
Hoy vuelvo a tener otro día a contrarreloj, ¡yuuuupi! Menos mal que no hay piel que no sane con un buen Ebastel forte. Por cierto, la semana que viene es fiesta el miércoles; el que no se consuela es porque no quiere.

PD. Feliz viaje a mis amigos que andan por tierras extremeñas. Que sepan que este viaje me desconsuela sumamente.
Mina, *Un anno d'amore (1965).

jueves, 25 de abril de 2024

LA COSA NOSTRA


Con el cine hemos aprendido mucho. Qué decir de las películas de gánsteres, en América, en Italia... Si una ley no escrita imperaba en ellas era siempre la misma: la familia no se toca. 
En la España de hoy vale todo. Las urnas son sólo la SALIDA, pero por el camino hasta llegar a la META cualquier cosa vale, como en la carrera de vainas en Tatooine. 
Tras la carta escrita por Pedro Sánchez ayer a todos los españolitos (al menos a quién la quiera leer), donde se pone de manifiesto el funcionamiento de la máquina del fango, la fuerza centrífuga de la noria de la mierda.
Estos últimos años hemos escuchado y leído de todo: España se desmiembra, la economía va fatal, las pensionas no suben, etc., noticias que la evidencia ha ido negando una por una. Si no aceptamos las reglas del juego, las que tenemos, empezamos mal. Si no jugamos "porque la pelota es mía", si lo que prima es el "y tú más" o el "me vengo a enterar ahora", ¿adónde vamos? ¿Es que no hemos aprehendido ni aprendido nada en estos casi cincuenta años? ¿Nos espera entonces la política tipo Ayuso?
Debemos defender a Pedro Sánchez, como hubiera hecho Voltaire, porque es quién ha salido elegido en las últimas elecciones generales, he ahí la fórmula de la democracia. Yo, que defendí en su momento que diera una bofetada sin manos, no formase gobierno y convocase nuevas elecciones a ver qué pasaba, lo conmino ahora a que presente una cuestión de confianza ante el Congreso. Veremos qué dice el Presidente el próximo lunes 29 de mayo de 2024.
A John Wick le mataron al perro, ahí lo dejo.
Ocho recortes de prensa con un bulo componen la denuncia de Manos Limpias contra Begoña Gómez
El juzgado 41 de Madrid ha abierto una investigación secreta y ha llamado a declarar a varios periodistas en base a un escrito del pseudosindicato que no aporta ninguna prueba y habla de una “carta mágica” firmada por la esposa de Sánchez para apoyar a un empresario en una adjudicación pública.
Pedro Águeda / Alberto Pozas, 24.04.2024

La querella del pseudosindicato ultra Manos Limpias que ha servido a un juez de Madrid para abrir una investigación a Begoña Gómez son siete folios ocupados en su mayoría por recortes de ocho informaciones publicadas, incluido el bulo publicado por The Objective en el que se atribuía una subvención a la esposa del presidente del Gobierno cuando en realidad se trataba de otra persona con el mismo nombre.

Pese a esta falsedad, en el encabezamiento de la querella el presidente del pseudisindicato, el ultraderechista Miguel Bernad, asegura que la denuncia va “contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno”, por un delito de tráfico de influencias. “Prevaleciéndose de su estatus personal (esposa) del Presidente del Gobierno de España, ha venido recomendando o avalando por carta de recomendación con su firma a empresarios que se presentaban a licitaciones públicas”, añade el escrito, al que ha tenido acceso elDiario.es.

De acuerdo con las informaciones que luego cita, un empresario llamado Carlos Barrabés ingresó 10 millones en licitaciones públicas “en base a las recomendaciones o avales de la denunciada”. Según Manos Limpias, Barrabés “montó el Máster de la denunciada” y el empresario participó en él como profesor asociado.

A continuación, el pseudosindicato establece otro triángulo de corrupción. Lo formarían el empresario imputado en el 'caso Koldo' Víctor Aldama, la compañía Air Europa y Begoña Gómez. La conexión sería que Aldama “ganó 6,67 millones” –no se especifica cómo, se entiende que con el rescate de Air Europa– y que la aerolínea se comprometió a pagar al Instituto de Empresa donde trabajaba la mujer del presidente 40.000 euros al año.

Según Manos Limpias, Aldama era “el contacto de la denunciada con Globalia (el grupo que posee Air Europa)”. Los 40.000 euros nunca se abonaron, pero las informaciones que cita el denunciante vinculan esa supuesta promesa a Gómez con que el Gobierno aportara 475 millones de euros para el rescate de la compañía, una medida que fue apoyada por la oposición.

Concluye Manos Limpias que “las cartas de recomendación, avales, de la denunciada dispararon las adjudicaciones a empresarios con los que le unía una relación de amistad”, sin aportar más datos.

Investigación bajo secreto

La denuncia de Manos Limpias, que no aporta ninguna prueba de sus afirmaciones y se limita a trasladar sospechas a partir de las informaciones periodísticas, ha sido suficiente para que el juzgado de instrucción 41 de Madrid haya decidido abrir diligencias para esclarecer si hubo tráfico de influencias.

La investigación, además, la ha protegido bajo secreto de sumario, llamando a testificar a varios periodistas autores de las informaciones que adjunta la denuncia del pseudosindicato. A mediados de marzo la Oficina de Conflictos e Intereses archivó una denuncia del PP contra Pedro Sánchez por no apartarse del rescate de Air Europa, aludiendo a esos supuestos vínculos con Begoña Gómez.

La alusión a la “carta mágica” de Begoña Gómez que hace Manos Limpias tampoco es exacta. El pseudosindicato ultra omite que la misma Unión Temporal de Empresas presentó una treintena de misivas similares en concursos parecidos, de empresas pero también de administraciones públicas como la Agencia de Empleo del Ayuntamiento de Madrid que dirige José Luis Martínez-Almeida.

El caso está ahora en manos del magistrado Juan Carlos Peinado. En una intervención este miércoles en el Congreso de los Diputados, el propio Pedro Sánchez se ha referido a este asunto con las siguientes palabras: “En un día como hoy y después de las noticias que he conocido, a pesar de todo, sigo creyendo en la justicia de este país”.

miércoles, 24 de abril de 2024

ESTO ES LO QUE HAY

Pedro Sánchez: "Necesito reflexionar si debo continuar al frente del Gobierno"
El presidente del Gobierno anunciará su decisión el 29 de abril.

Pedro Sánchez ha publicado una carta en su cuenta de Twitter en la que, tras la decisión de un juzgado de Madrid de abrir diligencias contra su mujer Begoña Gómez, anuncia que se tomará un periodo de reflexión e incluso habla de dejar el cargo de Presidente de Gobierno. "El próximo lunes, 29 de abril, compareceré ante los medios de comunicación y daré a conocer mi decisión".

Carta íntegra de Pedro Sánchez
Madrid, 24 de abril de 2024

No suele ser habitual que me dirija a usted a través de una carta. Sin embargo, la gravedad de los ataques que estamos recibiendo mi esposa y yo, y la necesidad de dar una respuesta sosegada, me hacen pensar que esta es la mejor vía para expresar mi opinión. Le agradezco, por tanto, que tome un poco de su tiempo para leer estas líneas.

Como ya sabrá, y si no le informo, un juzgado de Madrid ha abierto diligencias previas contra mi mujer, Begoña Gómez, a petición de una organización ultraderechista llamada Manos Limpias, para investigar unos supuestos delitos de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios.

Por lo que parece, el juez llamará a declarar a los responsables de dos cabeceras digitales que han venido publicando sobre este asunto. En mi opinión, son medios de marcada orientación derechista y ultraderechista. Como es lógico, Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes.

En efecto, la denuncia de Manos Limpias se basa en supuestas informaciones de esa constelación de cabeceras ultraconservadoras arriba referida. Subrayo lo de supuestas informaciones porque, tras su publicación, hemos ido desmintiendo las falsedades vertidas al tiempo que Begoña ha emprendido acciones legales para que esos mismos digitales rectifiquen lo que, sostenemos, son informaciones espurias.


Esta estrategia de acoso y derribo lleva meses perpetrándose. Por tanto, no me sorprende la sobreactuación del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal. En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias. De hecho, fue el Sr. Feijóo quien denunció el caso ante la Oficina de Conflicto de Intereses, pidiendo para mí de 5 a 10 años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público.

La denuncia fue archivada doblemente por dicho organismo, cuyos funcionarios fueron descalificados posteriormente por la dirigencia del PP y de Vox. Seguidamente, instrumentalizaron su mayoría conservadora en el Senado, impulsaron una comisión de investigación para, según dicen, esclarecer los hechos relacionados con este asunto. Como es lógico, faltaba la judicialización del caso. Es el paso que acaban de dar.

En resumen, se trata de una operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire, para intentar hacerme desfallecer en lo político y en lo personal atacando a mi esposa.

No soy un ingenuo. Soy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, ellos saben que no hay caso, sino por ser mi esposa. Como soy también plenamente consciente de que los ataques que sufro no son a mi persona sino a lo que represento: una opción política progresista, respaldada elección tras elección por millones de españoles, basada en el avance económico, la justicia social y la regeneración democrática.

Esta lucha comenzó hace años. Primero, con la defensa que hicimos de la autonomía política de la organización que mejor representa a la España progresista, el Partido Socialista. Pugna que ganamos. Segundo, tras la moción de censura y las sucesivas victorias electorales de 2019, el sostenido intento de deslegitimación del gobierno de coalición progresista al calor del ignominioso grito de 'que te vote Txapote'. Tampoco pudieron quebrarnos.

El último episodio fueron las elecciones generales del 23 de julio de 2023. El pueblo español votó mayoritariamente por el avance, permitiendo la reedición de un gobierno de coalición progresista, en contra del gobierno de coalición del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal que auguraban las baterías mediáticas y demoscópicas conservadoras.

La democracia habló, pero la derecha y la ultraderecha, nuevamente, no aceptaron el resultado electoral. Fueron conscientes de que con el ataque político no sería suficiente y ahora han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un presidente del Gobierno y el ataque a su vida personal.

Sin ningún rubor, el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal, y los intereses que a ellos les mueven, han puesto en marcha lo que el gran escritor italiano, Umberto Eco, llamó "la máquina del fango". Esto es, tratar de deshumanizar y deslegitimar al adversario político a través de denuncias tan escandalosas como falsas.

Esta es mi lectura de la situación que vive nuestro querido país: una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas que no toleran la realidad de España, que no aceptan el veredicto de las urnas, y que están dispuestos a esparcir fango con tal de: primero, tapar sus palmarios escándalos de corrupción y su inacción ante los mismos; segundo, esconder su total ausencia de proyecto político más allá del insulto y la desinformación; y tercero, valerse de todos los medios a su alcance para destruir personal y políticamente al adversario político. Se trata de una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas que se extiende a lo largo y ancho de las principales democracias occidentales, y a las que, le garantizo, responderé siempre desde la razón, la verdad y la educación.

Llegados a este punto, la pregunta que legitimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa. Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también.

Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor. A pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado de hacer de mí, nunca he tenido apego al cargo. Si lo tengo al deber, al compromiso político y al servicio público. Yo no paso por los cargos, hago valer la legitimidad de esas altas responsabilidades para transformar y hacer avanzar al país que quiero.

Todo ello me lleva a decirle que seguiré trabajando, pero que cancelaré mi agenda pública unos días para poder reflexionar y decidir qué camino tomar. El próximo lunes, 29 de abril, compareceré ante los medios de comunicación y daré a conocer mi decisión.

Gracias por su tiempo. Atentamente,

Pedro Sánchez.

HUMANIDADES

 

¿Están en crisis las humanidades?
La enseñanza de disciplinas en torno a la historia y la creación humana ve cuestionada su utilidad en una economía cada vez más acelerada.
Marta Sanz, 24.04.2024

Las disciplinas en torno al ser humano y la creación han sido el pilar sobre el que se han edificado nuestras sociedades. Estudiar y enseñar acerca de lo que consideramos bueno y bello ha sido parte central del currículo educativo durante milenios. Sin embargo, las humanidades se enfrentan hoy al desafío de la obsesión por las salidas profesionales y la presión por elegir estudios más productivos y ligados a las necesidades de la economía. Pero, ¿es realmente así? ¿Es el destino de las humanidades el languidecer en despachos polvorientos y clases cada vez más vacías? ¿Quedarán la filología, la filosofía o la historia del arte convertidas en curiosidades?

Sobre esta cuestión se pronuncian la escritora Marta Sanz, que aprecia una creciente sumisión de las humanidades al mercado, y el catedrático de literatura Jordi Gracia, codirector de la revista TintaLibre, que defiende que la transformación de la forma de divulgar.

Lo llaman progreso, pero es el mercado
Las humanidades languidecen, pero hay voces que gritan: “Esto ya había sucedido”, “tenemos una visión narcisista de la historia”, “es el progreso”. Quizá sentirnos protagonistas de nuestro presente sea un acto de responsabilidad que se solapa con Ulises y Prometeo, héroes polimecánicos que utilizan la técnica para materializar la inspiración, ludismo, Mary Shelley, invención de la lavadora, ciberpunk… Ante la insólita velocidad de las transformaciones, las humanidades están en crisis: se abre una ventana de oportunidades y otra ventana de alienaciones inéditas.

En este contexto, el golpe contra el principio de autoridad cuestiona jerarquías injustas. Revisamos el canon de Harold Bloom. Seguimos la línea de estudios decoloniales y feministas. Reivindicamos, con Tillie Olsen, las adivinanzas. Esta sensibilidad, más allá de parodias de la corrección política, constituye un acto de justicia y enriquecimiento intelectual. Sin embargo, resulta difícil escaparse de las inercias, y el cuestionamiento del principio de autoridad se hace extensivo a casi cualquier principio menos a uno: libertad de comprar y vender, tráfico, me gusta. La red como gran biblioteca, ideal humanístico, muta en panel publicitario en el que todo se confunde con todo —Mezquita de Córdoba, sudaderas— y, en esta experiencia selvática —¿democrática?—, perdemos el hilo del criterio —parafraseo a Umberto Eco— para descubrir que la neutralidad del algoritmo encubre el mismo rostro de siempre: varón blanco, posiblemente anglosajón, rico, conservador, confesional y sin habilidades sociales.

La ventilación del campo cultural se contamina con las miasmas de un capitalismo-bacteria resistente al antibiótico. Vivimos sobre ese filo sintetizando la tesis respecto al reverso oscuro de “lo normal” y del canon humanístico —el lenguaje del opresor, como decía Adrienne Rich— con la antítesis de lo mucho que necesitamos ese mismo lenguaje para abolir silencios y mantener conversaciones en el espacio público. Deberíamos descubrir a Luisa Carnés sin olvidar a Miguel Hernández. Igualmente, mientras se desarrollan nuevas maneras de leer vinculadas a los estímulos digitales, no convendría desaprovechar las habilidades con las que ya contamos: los modos de procesamiento de la información del patrimonio analógico. Lo que, para bien o para mal, somos.

No se trata de dejar de escuchar a Bach por haber sido un déspota —el ejemplo es de Tár—, sino de que no se reblandezca nuestra comprensión lectora, la lentitud, la memoria que nos permite establecer relaciones. Las humanidades están en crisis porque ha cambiado sustancialmente nuestra forma de relacionarnos con los textos. Nuestro compromiso. Otra vez, el capitalismo tecnológico perpetúa un concepto de cultura, demagógicamente enquistada en nociones reduccionistas del ocio y lo popular, que a su vez gentrifica los estilos haciendo de muchos libros el mismo. Lo universal se identifica con lo global; en este desplazamiento semántico la cultura se decolora como el centro de ciudades uniformadas por la globalización: en esta uniformización perdemos la destreza para “empinarnos” —la metáfora es de Ida Vitale— frente al texto intrépido, no familiar, que ensancha nuestra visión del mundo y nos hace experimentar placeres que a veces nacen de los discursos aparentemente opacos frente a esos otros discursos, aparentemente transparentes, en los que anidan huevos de escorpiones.

Los interlocutores en la conversación cultural hemos aceptado que quien paga manda. El oficio de escribir se convierte en práctica bufonesca, en la que se reconoce el miedo a perder un sitio —¿transformador?— y paradójicamente se hace fuerza para perderlo asumiendo que tu trabajo no vale para nada. ¿Cómo es posible que nos hayamos convencido de que nuestras palabras son humo y no tenemos ninguna responsabilidad? ¿Cómo es posible que nuestra satisfacción lectora se reduzca a ser el objeto de la seducción? Escribiendo, leyendo, construimos significado y realidad. En las aulas, lenguas, filosofía, humanidades ayudan a que no se seque esa capacidad de comprensión que nos permite reconocer, relacionar, criticar, metabolizar estratos y sedimentos de nuestra condición humana. De la cultura como cultivo.

YO FARDO, TÚ FARDAS, ÉL FARDA...

 


EXCELENCIA

 


LA REFEXIÓN ES URGENTE


Canarias contra el turismo masivo
Las protestas en las islas obligan a abrir una reflexión sobre el crecimiento ilimitado del sector en España.
EL PAÍS, 24.04.2024

España es una potencia mundial en la industria turística, pero su éxito está provocando tensiones crecientes en algunos de los destinos más demandados por los visitantes. El pasado fin de semana, miles de ciudadanos salieron a las calles en las islas Canarias en unas protestas multitudinarias que muestran el hartazgo de la población con un modelo de turismo de masas que expulsa a la población local y sobreexplota los recursos naturales. Canarias tiene un límite, coreaban los asistentes, un lema que sin duda puede extenderse a otras regiones. La protesta es cada vez más generalizada y exige repensar un modelo turístico más inclusivo y sostenible.

La reflexión es urgente. España recibió más de 85 millones de visitantes en 2023, solo por detrás de Francia. Supera a gigantes turísticos como Estados Unidos, China o Italia. El sector espera superar los 90 millones de visitantes este año, casi el doble de la población española. Solo el archipiélago canario recibió 16,2 millones de turistas en 2023, más de siete veces la población del conjunto de las islas (2,2 millones). Canarias es el tercer mayor destino turístico español. El sector aporta el 35% del PIB regional y el 40% del empleo. Pero los manifestantes protestaban por un modelo de turismo que hace muy difícil la vida a la población local. Canarias presenta algunos de los peores datos de España en pobreza y sanidad, los sueldos son los segundos más bajos del país y padece la tercera tasa de paro más alta del país (16,2% según la EPA). Las infraestructuras están saturadas y los negocios que no están enfocados al turismo acaban por cerrar.

Con todo, ha sido el problema del acceso a la vivienda la gota que ha colmado la paciencia de los canarios, que exigen cambios en un modelo de crecimiento que expulsa a buena parte de su población y ha arrasado con barrios enteros. Las islas cuentan casi con tantas plazas en viviendas vacacionales (220.409) como plazas hoteleras (256.793) y en algunos destinos, como Santa Cruz de Tenerife, incluso más, lo que contribuye de manera decisiva a que esta sea la segunda provincia donde más crecieron los precios del alquiler en el último año y añade dificultades de acceso a la vivienda a sus residentes.

El gran apoyo que han recibido las protestas, que congregaron a cerca de 60.000 personas entre las siete islas y despertaron concentraciones solidarias en otros lugares de España, ha llevado a empresas y autoridades a abrir un “periodo de reflexión” acerca de su futuro, para avanzar hacia un modelo más sostenible que tenga en cuenta los impactos ambientales y de escasez de agua y que ejerza menos presión sobre los costos de la vida y la vivienda.

El de Canarias no es un caso aislado. Cada vez un mayor número de ciudadanos en ciudades como Barcelona o Málaga y en las islas Baleares expresan su hartazgo por el riesgo de convertirse en un parque temático para los turistas. Fuera de nuestras fronteras, Ámsterdam acaba de anunciar que va a prohibir la construcción de nuevos edificios hoteleros, reducir el número de cruceros y limitar el acceso de los autocares a la ciudad para limitar las pernoctaciones a 20 millones al año. Las protestas deben ser escuchadas. Si el negocio turístico expulsa a la población local para satisfacer a una demanda ilimitada acabará muriendo de éxito.

POR LOS PELOS

 

OTRO DÍA, OTRO LIBRO






martes, 23 de abril de 2024

WYOMING

LA CABEZA DE ROMÁN II

 
Nueva Villa Augusta, Gran Canaria.

¡PERO SI ESTO YA NO SE USA!

Ya les habré contado que, en una ocasión no hace mucho, un aparejador con el que había quedado en mi casa para hablar de un proyecto, al entrar por primera vez al salón y ver la biblioteca dijo: ¡pero si esto ya no se usa!

Ese objeto repleto de palabras
Son muchos los cantos de sirena que incitan a abandonar el libro en pro de la orgía tecnológica.
Pilar Adón, 23.04.2024
https://elpais.com/opinion/2024-04-23/ese-objeto-repleto-de-palabras.html

Una persona que lee libros es una persona sospechosa. Y cuantos más libros lea, más sospechas despertará. Soy consciente de que un texto como este va destinado a incondicionales de la lectura. Simpatizantes y lectores habituales de libros que, como yo, no se sienten sospechosos en su día a día. Pero cambiemos la perspectiva, giremos el punto de vista y centrémonos en la imagen que ofrecemos cuando leemos un libro en el metro, en un avión, por la calle a veces, en una cafetería, rodeados del bullicio habitual, las voces que no paran porque han de anunciarnos la próxima parada, el precio de la consumición, el contenido del audio de WhatsApp que escucha su receptor y de paso todos los que le rodean. ¿No estamos cometiendo un acto de rebeldía que roza la ofensa? ¿No nos estamos declarando habitantes de un mundo aparte? En la conferencia segunda de Elizabeth Costello, de J. M. Coetzee, la protagonista, que es escritora, se embarca en un crucero en el que ha de dar una charla y mezclarse con los pasajeros porque la pagan por eso, y en el transcurso del viaje conoce a otro escritor invitado que explica que cuando alguien empieza a leer ante él es como si levantara un letrero en el que pusiera: “Dejadme en paz. Lo que estoy leyendo es más interesante de lo que puedes ser tú”. Para él el libro actúa como escudo, arma defensiva que, como tal, protege a quien la usa, pero también ataca. Entre otras razones porque el libro es silencio para los demás. Solo le habla a quien lo lee. Y ese momento de intimidad que se produce a plena luz del día, en que un ser humano lector y un objeto repleto de palabras se funden en una única forma, bajo una envoltura invisible que genera una unión que se diría sensual y al tiempo intelectual, sin duda apasionada y profunda, desconcierta por lo inabordable y lo secreto.

Son muchos los cantos de sirena que incitan a abandonar tal onanismo lector en pro de la orgía tecnológica. Esa evasión en apariencia más directa y espontánea. Más global. Más solidaria y más del ahora, hasta el extremo de que se diría que rejuvenece. Leer es de ancianos; al navegar, en cambio, alzamos el pendón de la eterna juventud. La propia literatura está repleta de ejemplos de lectores aprensivos, decaídos, molestos, cuando no directamente peligrosos. El Casaubon de Middlemarch; Holden Caulfield; la Annie Wilkes, de Misery, por no hablar de nuestro Quijote o del Jorge de Burgos de El nombre de la rosa. En cambio, ahí tenemos esas cándidas imágenes de influencers que brillan, literalmente, mientras nos hablan de lo mucho que viven y disfrutan, animándonos a un deslumbramiento continuo en nuestra libertad de ejercer un scroll infinito.

Sospechosos somos, pues, para los integrados. Pero, manteniendo el tono de ironía, dirijámonos a los apocalípticos y veamos que nada hay nuevo bajo el sol. Leemos en el Eclesiastés: “De algunas cosas se dice: “Mira, esto es nuevo”. Sin embargo, ya sucedió en otros tiempos, mucho antes de nosotros”. Ninguna de las variadas adicciones atribuidas a los recientes sistemas de captación de atención es novedosa para los lectores de libros. Veamos algunos ejemplos: lo primero que hacemos al levantarnos y lo último que hacemos antes de dormirnos es mirar el móvil, se nos dice, y respondemos: lo mismo que con un libro. La ansiedad que se genera ante lo limitado de nuestra atención frente a tanta información está directamente relacionada con la que nos entra al pensar en la cantidad de libros que hay por leer y la certeza de que no los abarcaremos nunca. La falta de escucha en cenas familiares, encuentros con amigos, cuando se mira el WhatsApp o los privados de Instagram y nos perdemos parte de la conversación ocurre igualmente al comprender de repente alguna trama de la novela que estemos leyendo o escribiendo. Se acusa a los incondicionales de las redes de que lo que acontece en su móvil les resulta más interesante que lo que tienen al lado; nada original, de nuevo: lo que nos cuentan los libros siempre nos ha parecido más fascinante que lo que sucede a diario, e incluso sentimos que conocemos mejor a los personajes clásicos que a muchos de nuestros familiares. Más casos: se advierte del peligro de vivir encerrados en un mundo digital que no es el auténtico y que nos hace perder el contacto con lo que nos rodea. En el caso de los lectores de ficción, podríamos ir incluso más allá: somos conscientes de que los personajes ni siquiera existen. Al menos los titulares con que nos bombardean las redes se refieren a la realidad, están conectados con ella, hablan de seres que no son pura invención. Se nos avisa también del fenómeno de cámara de eco que nos hace encontrar solo contenidos afines a nuestros gustos e ideas, mensajes que nos refuerzan a la vez que nos aíslan gracias al filtro burbuja, que nos sumerge en un bucle de información sesgada, momento en que los lectores de libros pensamos en cómo uno nos lleva a otro y en los muchos que nos perderemos por las tendencias, las apetencias y necesidades del momento, la orientación de los demás.

Ya la propia invención de la imprenta despertó todo tipo de sospechas, por no hablar de ocasiones como la del acceso de las mujeres a una lectura libre sin la supervisión de un hombre que decidiera qué sí y qué no. En cualquier caso, y visto que somos sospechosos desde una perspectiva y desde la contraria, tras este peculiar planteamiento de tesis y antítesis, pasemos a la síntesis: si hay algo que los nuevos sistemas de entretenimiento masivo no pueden ofrecernos es esa facultad del alma, como dice el Diccionario de la Lengua Española, que nos saca de lo inmediato, nos transforma, nos hace empáticos y nos permite realizar las actividades creativas que nos caracterizan como especie: la imaginación. En palabras de Einstein: “La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado y la imaginación da la vuelta al mundo”. Somos seres fabuladores y frente a las imágenes impuestas, que son como la comida rápida, que aplaca el apetito un rato pero no nutre en condiciones, generamos las mentales gracias a una imaginación que se alimenta, como es bien sabido, de lo que hemos leído en los libros. Frente a la tiranía de la inmediatez, el libro aguarda. Frente al entretenimiento digital, que nos cae de arriba abajo, que no pide ni espera nuestra participación, el libro demanda un diálogo constante, una creación mancomunada. Somos los lectores quienes le otorgamos el poder al libro. Así, el autor propone y el lector dispone. El libro es el gran exponente de la tecnología robusta: está hecho para durar, no necesita variaciones, ha demostrado su resistencia frente a todo tipo de modificaciones sociales, políticas, ambientales… No se le puede pedir mayor rendimiento a un dispositivo de tan reducidas dimensiones, que no necesita enchufes ni batería ni pantallas antirreflejantes y que es capaz de trasladarnos a otros universos. Además, goza de autoridad, particularidad nada desdeñable en tiempos de terror a lo falso. Como enunció Pardo Bazán, “queda lo escrito, todo lo demás no queda”.

ELOGIO A LA CORRECCIÓN


“Cualquiera puede ponerse furioso... eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta... eso no es fácil.”
Aristóteles, “Ética a Nicómaco”.

Me preguntaban ayer cómo lograba compatibilizar mi vida privada con mi vida profesional, cómo podía trabajar en otra isla y continuar como Arquitecto Municipal en un municipio de Tenerife. Es difícil y a veces duro, le decía; seguir levantándose a las 04:15h cada mañana me supone un esfuerzo importante, por mucho que lo lleve haciendo desde hace 20 años, pero todo se aguanta, o eso quiero creer.
Uno ya no es el joven superman que aguantaba horas y horas dibujando o escribiendo, los años pesan y pasan (no sé ya qué es peor; bueno, sí, peor sería que no pasaran... significaría que no podría estar compartiendo mis neuras con ustedes), aportan algo de sabiduría -si uno tiene suerte- y te quitan muchas otras cosas sin que esto se pueda evitar. Morimos un poco desde que nacemos, o eso dicen.
¿Cómo sobrellevar la imposibilidad de que a uno le arrebaten sus principios? Groucho Marx nos decía: "Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros". Genio y figura, siempre, pero difícilmente extrapolable. Compartir mi trabajo con compañeros que son mi antítesis se vuelve harto imposible, no encaja aquí otro adjetivo.
Pero como me recuerdan constantemente que ya todo es una cuenta atrás hacia mi jubilación, sólo pienso en ello. Cada mañana me tomo mi antídoto por si me muerden y cruzo los dedos para que sea efectivo. A las demás víctimas les deseo que también sobrevivan.
Mina, *Il cielo in una stanza.

PD. Escuchando a Mina no he podido dejar de retrotraerme (mi homenaje a mi amiga L che in questi giorni sale un gradino sulla scala della sua vita; disculpen mi italiano) a la serie de NETFLIX "Ripley", absolutamente maravillosa. Imprescindible. Italia está retratada en su mayor esplendor. Cada fotograma en blanco y negro es una obra de arte, una delicia.

ECLIPSE TOTAL

 

DÍA DEL LIBRO


El Día del Libro encuentra sus raíces en una tradición catalana que data del siglo XV, conocida como la "Diada de Sant Jordi" o el "Día de San Jorge". En esta jornada, se conmemora la muerte de dos grandes figuras literarias: el escritor Miguel de Cervantes y el poeta William Shakespeare, ambos fallecidos el 23 de abril de 1616. Además, se cree que también falleció ese mismo día, aunque en un calendario diferente, el poeta inglés Christopher Marlowe. La elección de esta fecha para celebrar el Día del Libro fue propuesta por la UNESCO en 1995, como un homenaje a la riqueza cultural y lingüística que representan estas tres personalidades literarias icónicas. Desde entonces, el 23 de abril se ha convertido en una jornada para fomentar la lectura, promover la industria editorial y celebrar la diversidad de las letras en todo el mundo. En muchos países, el Día del Libro se celebra con diversas actividades, como ferias del libro, lecturas públicas, concursos literarios y promociones especiales en librerías. Además, en algunas regiones, como Cataluña, se lleva a cabo una tradición única en la que las personas intercambian libros y rosas como regalos simbólicos.
En un mundo cada vez más digitalizado, el Día del Libro sigue siendo un recordatorio de la importancia de la palabra escrita, el poder de la imaginación y la necesidad de preservar y promover la diversidad cultural a través de la literatura. Así que, este 23 de abril, únete a la celebración y sumérgete en el maravilloso universo de los libros.

Medio siglo temiendo a ‘Carrie’
La vigencia de la novela que hace 50 años puso a Stephen King en el mapa tiene mucho que ver con su condición de artefacto antisistema.
Laura Fernández, 21.04.2024

Al principio no eran más que tres páginas. Tres páginas que el escritor Stephen King, por entonces un profesor de literatura del montón, había tirado a la papelera. La protagonista de aquellas tres páginas era una chica insulsa y aparentemente estoica a la que las compañeras atormentaban en el instituto. La chica vestía de forma extraña. Su madre estaba en exceso obsesionada con la religión. Estaba obsesionada con la batalla entre el bien y el mal. Un mal que ella misma ejercía asfixiando a su propia hija sin que le importase lo más mínimo. “Parecía la típica cabeza de turco, el perpetuo blanco de las bromas, la chica capaz de tragarse las historias más inverosímiles, objeto de todas las malas jugadas. Y lo era”. Así la describe King en su primera aparición en las duchas del vestuario femenino de la Escuela Secundaria Ewen. Ella es Carrie. Carrie White, la protagonista de la novela que acaba de cumplir 50 años y que, si sigue resultando tan poderosamente indispensable, es porque cuando se publicó no existía nada igual.

Porque no es solo que Carrie trate, de una forma inmersiva, empática, y en extremo real, el acoso escolar, es que lo hace desde el no victimismo. Es decir, lo hace otorgándole aquello que todo el que ha sufrido alguna vez esa clase de tortura diaria e invisible, socialmente aceptada y perpetuada por la complicidad de un entorno tan culpable como el propio acosador, desearía haber tenido: poder. O, mejor dicho, la fuerza suficiente para devolver el golpe.


¿Y qué clase de fuerza podría alguien que está siendo acosado tener que no pasase por el enfrentamiento convencional, por completo impensable en alguien que ha perdido la autoestima hasta tal punto de que no se atreve a levantar la voz? Una fuerza mental. Que con el deseo de que algo acabe, de que el sufrimiento pare, se pueda provocar una especie de terremoto real, capaz de protegerte del abuso, es casi un sueño hecho realidad. Y uno que no tendría cabida en una novela realista, uno que utiliza el género fantástico para darle la vuelta, por una vez y de forma terrorífica para el acosador, a lo real.


King tenía 26 años cuando publicó la novela, y en Mientras escribo, esa suerte de memorias que son a la vez, y sobre todo, un manual de escritura, cuenta que la idea se le ocurrió mientras limpiaba el óxido de las duchas del vestuario de chicas del instituto de Brunswick, en el que su hermano Dave trabajaba los veranos como conserje. King no se había fijado hasta entonces en los contenedores de compresas y tampones que, por supuesto, no estaban en los vestuarios de chicos, y tampoco sabía que las duchas de las chicas tenían “cortinas de plástico rosa colgadas con anillas”. Quiso saber por qué, y Harry, el tipo con el que estaba limpiando el vestuario, le dijo que las chicas necesitaban más intimidad y le explicó que aquellas papeleras eran para “cuando tienen los días”. Una idea se formó al instante en su cabeza. Y era una idea terrorífica. Una de aquellas papeleras estaba siendo descargada contra alguien que, en aquel momento, estaba en “uno de esos días”. ¿Qué había más terrorífico que ser atacada con tu propia intimidad? ¿Y si ella devolviera el golpe? ¿Pero cómo iba a hacerlo?

“Hacía unos años que había leído un artículo en Life donde se planteaba la hipótesis de que ciertos casos de poltergeist fueran fenómenos de telequinesia. Ciertas pruebas, sostenía el artículo, apuntaban a que la gente joven era más propensa a tener esa clase de poderes, sobre todo las niñas en el inicio de la adolescencia, cuando tienen la primera... ¡zas! Acaban de unirse dos ideas sin relación previa, la crueldad adolescente y la telequinesia, y consideré que podía ser la base para un buen cuento”, relata King que, sin embargo, se vio desde el principio desplazado por el personaje de Carrie White —”no llegó a caerme simpática”, escribió—, en parte porque la propia Carrie sabía que él no podría entenderla.

Fue Tabitha King, la mujer del escritor, la que rescató aquellas páginas de la papelera y le dijo que ella le echaría una mano en lo que significaba ser una chica. Y ese, se diría, fue el ingrediente fundamental. Porque, desde la inocencia de aquel que no conoce pero quiere conocer, se rompió no sólo el tabú de la adolescencia femenina —y la crueldad de la misma— sino también el de la regla.

La sangre quedó asociada al poder de lo femenino desde entonces. Es decir, Carrie revirtió también eso. La regla, esa relación periódica con la sangre, no era una debilidad, sino algo poderoso. Desirée de Fez, autora del jugosísimo y fundamental libro a medio camino entre las memorias, la crónica y el ensayo Reinas del grito (Blackie Books), y reconocida crítica de cine especialista en terror, considera que la “iconografía de la sangre asociada al poder de la mujer que rompe el sistema” es una constante en el cine desde el estreno de la versión cinematográfica de Carrie.

La novela se publicó en 1974 y tan solo dos años después Brian De Palma convirtió para siempre a Sissy Spacek en la reina de la adolescencia maldita en la ficción, también audiovisual. “Lo que ocurre con Crudo, de Julia Ducournau, ese canibalismo que tiene como punto de partida la adolescencia, la niña que deja atrás la infancia, tiene algo de Carrie. De hecho, las directoras de cine de terror, desde Issa López (True Detective: Noche Polar) hasta Karyn Kusama están profundamente influidas tanto por la estética de la película como por el personaje”, añade.

Kusama, responsable de una cinta tan icónica sobre la adolescencia maldita como Jennifer’s Body, confesaba hacía no demasiado “lo poderoso” de la película, sin la que, evidentemente, el libro no habría tenido el impacto que tuvo, y sigue teniendo, algo que admitió, en su momento, el mismo King. “La última vez que la vi, en el momento en el que ella baja del escenario, cuando empieza la destrucción, grité ¡Sí! La historia es tremendamente catártica, en algún sentido mitológica. El comienzo, esa humillación terrible, el desconocimiento de su propio cuerpo de la protagonista, es tremendamente cruel, y para mí tiene algo que ver con el alma podrida de Estados Unidos. Que todo el mundo esté con ella, que la acompañe durante esa venganza, que entienda la rabia ante la represión, me resulta terriblemente bello. Me está diciendo que todos somos Carrie de alguna manera, o nos hemos sentido como ella en algún momento”, relataba la directora sobre el personaje, esa chica del montón que, escribió King, parecía “una rana entre cisnes” y que para siempre será la que pudo devolver el golpe, todos los golpes.

lunes, 22 de abril de 2024

LA CABEZA DE ROMÁN (HERNÁNDEZ)

 


Nueva Villa Augusta, Gran Canaria.

ROMÁN HERNÁNDEZ

 

4º MILENIO (¡AY CANARIAS! III)

 


EMPEZANDO POR AQUÍ (¡AY CANARIAS! II)


No va contra el turista
Los usuarios de X aplauden las protestas en Canarias y recalcan que la masificación de visitantes empobrece la vida de los ciudadanos.
Rebeca Carranco, 22.04.2024
https://elpais.com/opinion/2024-04-22/no-va-contra-el-turista.html

A partir de los 16 años (y, con trampas, quizá algo antes), en los pueblos de costa había un camino claro: estudio en invierno, trabajo en verano, Navidad, puentes y fiestas de guardar. Cuando los más afortunados esquiaban, aprendían idiomas, leían en una tumbona o se quemaban al sol en la playa, la mayoría vendía cremas solares, barras de labios o perfumes a los turistas. Más de ocho horas de pie, a las que incluso se les encontraba cierta gracia cuando se compartían con amigos: jornadas laborales empalmadas con noches de fiesta. Un día tras otro, del 15 de junio al 15 de septiembre, con cansancio, resacas y algún martes de asueto.

Así fue siempre en la Costa Brava, donde nuestras abuelas limpiaban habitaciones de hotel —ahora las llaman camareras— y nuestros abuelos levantaban las urbanizaciones que ya hace años destruyeron el litoral. Con la gratitud por bandera, a pesar de dedicar cuerpo y alma al trabajo, esa generación encontró la manera de pagar una casa, un coche y hasta los estudios del primer licenciado de la familia. También con la esperanza de que ellos fuesen los primeros de la estirpe con vacaciones en agosto, y que un día pudiesen ser los que preguntasen a las diez de la noche en cualquier tienda: “¿Ya cerráis?”.

Incluso esa generación que vivió y mejoró gracias al turismo aplaude las protestas de Canarias. El apoyo se repite en Cataluña, pero también en Andalucía, en la Comunidad Valenciana, en Madrid, en Galicia, en las Baleares... Solo hay que darse un paseo por X, la antigua Twitter. Los motivos para quejarse son tan claros que avergüenza señalarlos: viviendas impagables, espacio público privatizado, afectación al medio ambiente, homogeneización comercial… “No es una manifestación contra el turismo”, repiten incontables usuarios, públicos y menos conocidos, en la red social; es contra un modelo económico que expulsa a los vecinos, desalma a las ciudades y condena a la precariedad a la inmensa mayoría de la población.


“No resuena lo suficiente la importancia histórica de lo que está pasando en Canarias, récord de turistas, récord de pobreza”, escribe el periodista Javier Salas. “No es una manifestación contra el turismo (vivimos de él), ni contra los turistas, sino contra la pésima gestión de todos los gobiernos y la nula visión de futuro de los responsables de la planificación”, tercia Ignacio S. de Erice. Las pancartas con lemas como “no es tu parque turístico, es mi casa”, “no es un ataque, es una defensa”, “40.000 inmigrantes y 15 millones de turistas, ¿y el que nos preocupa es el primero”, han recorrido las redes junto a la etiqueta #canariastieneunlimite.

En Barcelona también han pasado cosas. El Ayuntamiento, socialista, ha tomado una medida radical para mejorar la vida de sus ciudadanos, que a las 11 de la mañana ya no pueden sentarse en una terraza a tomar un café porque están montadas para comer: borrar de Google Maps la línea de autobús 116. Los turistas se subían en tropel para visitar el Park Güell. Lo que pasó a continuación no sorprende a nadie: “Los turistas colapsan ahora los buses 24 y V19 para ir al Park Güell”, titula la televisión local BTV. “Eliminemos Barcelona de Google”, se burla la periodista Anna Pacheco en X.

Los vecinos de ciudades turísticas, cuyos ayuntamientos venden año tras año como un éxito el incremento de visitantes, se ven obligados a abandonar el centro. No pueden pagar sus alquileres, ni sentarse a tomar tranquilamente un café, ni pagar el sobreprecio de cualquier cosa. Pero les persigue una amenaza, la descentralización, que, como define el antropólogo José Mansilla, “no deja de ser un eufemismo para continuar hablando de crecimiento ilimitado”. Y contra todo eso, entre aplausos, se manifestó el sábado Canarias y se celebró después en X con fruición. ¡Viva!